En el marco de un mega operativo, se allanó un departamento nuevo en el piso 10 del edifico de Valentín Virasoro 940 (entre Planes y Franklin) alquilado de forma temporal donde estiraban y prensaban los ladrillos de cocaína, para su posterior comercialización.
Una banda que trasladaba cocaína desde Tucumán oculta en las cubiertas de camionetas “todo terreno” fue desbaratada por Gendarmería tras 26 allanamientos simultáneos en la Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano bonaerense, Tucumán y Rosario donde se detuvieron a nueve personas, se decomisaron 69 kilos de cocaína, 54 kilos de marihuana, diez vehículos y nueve balanzas de precisión. También incautaron $2.500.000, U$D 5.000, cinco armas de fuego y otros elementos de interés para la causa en manos del fiscal federal de San Nicolás, Matías Felipe Di Lello.
Los narcos tenían su línea proveedora en San Miguel de Tucumán, en donde cortaban las llantas, introducían los paquetes con estupefacientes, soldaban y luego, distribuían a los distintos puntos del Área Metropolitana de Buenos Aires.
El departamento del décimo piso de Virasoro había sido alquilado de manera temporaria el reciente 20 de octubre. Ni el propietario ni los vecinos que viven allí imaginaron que los inquilinos usaban el lugar como un búnker narco para almacenar y estirar cocaína que llegaba desde Tucumán oculta en llantas de camionetas 4×4.
Con la llegada de la modalidad de alquileres temporarios por medio de las plataformas, la significativa rotación de visitantes que genera dentro de los edificios, también tiene sus efectos sobre la cotidianidad. Tanto los propietarios como los inquilinos con contrato legal padecen la incertidumbre de cruzarse con fantasmales y esporádicos vecinos de paso. Aunque, peor aún, la falta de regulación para la modalidad de alquiler temporal también puede traer aparejada estas convivencias indeseadas y peligrosas.
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