Si bien Ferro es el club más identificado con Caballito, otras instituciones nacieron o pasaron por el barrio, entre ellas Argentinos Juniors, Club Almagro y Estudiantil Porteño. Otras menos conocidas también se establecieron en estas tierras y, si bien no dejaron demasiadas huellas, formaron parte de la rica vida deportiva caballitense de principios de siglo XX.
Caballito es un barrio de riquezas inconmensurables que desde sus comienzos le aportó a la ciudad historias que se forjaron al ritmo de los grandes cambios sociales del siglo XX. El proceso de inmigración, el surgimiento de nuevas identidades políticas y una activa vida estudiantil generaron paradigmas culturales que tuvieron un fuerte impacto en estas tierras, cambiando para siempre su entramado sociodemográfico. Dentro de esta vasta transformación, la actividad deportiva también mutó y rápidamente dio origen a nuevas disciplinas y, sobre todo, a nuevas instituciones.
Ferro es, sin dudas, la más representativa de todas. Es el único club de la ciudad que nunca cambió de barrio y su estadio de fútbol -Ricardo Etcheverri- aún se mantiene en el mismo lugar donde se construyó su primera tribuna de madera y zinc, en 1905.
No obstante, otros clubes también tienen su historia en Caballito, entre ellos la Asociación Atlética Argentinos Juniors, el Club Almagro y Estudiantil Porteño. Otros menos renombrados los acompañaron en su paso por el barrio y, si bien no dejaron demasiados rastros, fueron exponentes de la coyuntura social de aquel entonces.
El caso más antiguo es el de Argentinos Juniors. Esta institución se creó el 15 de agosto de 1904 a partir de la fusión de Los mártires de Chicago y Sol de la Victoria, clubes con fuertes raíces anarquistas y socialistas, respectivamente. Los primeros debían su nombre a los obreros asesinados en la ciudad de Chicago durante la Revuelta de Haymarket en 1887, y los segundos al himno del partido socialista italiano. Si bien ambos equipos estaban integrados mayormente por jóvenes de los barrios de Villa Crespo y Paternal, jugaban sus partidos en el terreno comprendido por las calles Gaona, Repetto, Martín de Gainza y Franklin, pertenecientes a Caballito. Un par de años más tarde se mudan a Luis Viale y Av. San Martín y en 1912 emprenden una serie de mudanzas que culminan en 1939, cuando se asientan en su actual cancha.
La zona del Parque Centenario también concentró varios estadios. Por allí pasaron el Club Liberal Argentino, bastión del Partido Autonomista Nacional (PAN), y el Club Atlético Alvear, que se ubicaba en el lado norte de la Av. Ángel Gallardo. Al sur de esta avenida se instalaron las canchas de Estudiantil Porteño y de Almagro, que pudieron establecerse allí dado que al principio del siglo pasado todavía no se habían abierto varias calles de la zona.
Estudiantil Porteño se situaba en la manzana donde actualmente se encuentra la parroquia Nuestra Señora de los Dolores. Este club, fundado por estudiantes del Colegio Nacional Mariano Moreno el 6 de septiembre de 1902, llegó al barrio luego de pasar por Palermo e Ituzaingó. En 1915 instaló su cancha en Campichuelo 587 -frente el parque-, donde jugó algo menos de diez años. Con la característica tribuna techada recibió a grandes equipos mientras jugaba los campeonatos de primera división en la era amateur del fútbol argentino. En 1926 se mudó a Ciudadela para terminar recalando en Ramos Mejía, donde actualmente tiene su sede.
Lindera al estadio de Estudiantil Porteño se encontraba la primera cancha de lo que hoy conocemos como Club Almagro. Si bien este club se fundó en 1911, recién adquiere su nombre actual el 16 de octubre de 1916. Su creación tuvo lugar en la parroquia de San Carlos de la mano de jóvenes de procedencia radical, entre ellos Miguel Ortiz de Zárate y Rómulo Trucco, quienes años más tarde fueron electos diputados nacionales por la UCR. El vínculo entre el partido y la institución queda de manifiesto en la presencia de Arturo Frondizi, presidente de la Nación entre 1958 y 1962, quien jugó varios años en las inferiores del club mientras vivía en Caballito. Con dirección en Av. Gaona 102 -actual Díaz Vélez-, el club conservó su estadio en la década del 20 con una casilla compuesta por tres cuartos y un baño, además de dos palcos y 100 mts. de gradas. Allí permaneció hasta 1927, cuando se mudó a Parque Chas. Finalmente, en 1956 se instala definitivamente en José Ingenieros.
Estos clubes nos muestran, con sus dinámicas historias, el rico pasado deportivo de Caballito. Más allá de las mudanzas y de los avatares, formaron parte de un semillero que nació al ritmo de cambios sociales profundos y que dejó una huella imborrable en la memoria colectiva del barrio.
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